A menudo puedes preguntarte qué hace que un metal como el acero sea un metal.
La verdad es que hay muchas propiedades que contribuyen a la respuesta.
Lo primero que hay que saber es que los metales son tenaces: esto significa que pueden recibir fuerzas repentinas sin romperse ni destruirse.
También son dúctiles: eso significa que se les puede dar forma de hilos o cables.
Muchos metales también son flexibles, lo que significa que pueden convertirse en cuchillas para cortar y otros fines o comprimirse para utilizarlos en muelles y amortiguadores.
Por último, los metales tienen una buena resistencia mecánica, lo que significa que resisten los esfuerzos de tracción, flexión, torsión y compresión sin deformarse.
Con todas estas propiedades combinadas, es fácil ver por qué los metales nos resultan tan útiles.
Los metales son sustancias que conducen la electricidad, pueden formar láminas o alambres y tienen brillo. Los metales también se clasifican por su aspecto:
– Metales plateados (plata, oro, platino)
– Metales blancos (estaño, zinc y plomo)
– Metales grises (hierro y acero)
– Metales rojos (cobre y bronce)