¿Sabías que la mayor parte de los elementos que nos rodean contienen algún tipo de metal?
Y no solo nos referimos a grandes estructuras como los edificios, sino que también en esos pequeños elementos como latas de refresco y mucho más.
Normalmente, estos elementos suelen acabar en algún vertedero y esto provoca un gran impacto de manera negativa.
Por eso es muy importante el reciclaje y tratamiento de este material. De esta manera, queremos explicaros brevemente cómo es este proceso.
Para empezar, todos los metales se descomponen para poder ser tratados según sus características.
No todos los metales tienen el mismo proceso. El acero, por ejemplo, es uno de los metales más reciclados.
Su mayor ventaja es que sufre muy poca degradación en el proceso.
Por otro lado, el aluminio, destaca por ser un material que genera poco consumo en su reciclaje. De esta manera, se ahorra más energía en el tratado que en la fabricación.
Una vez tratados los metales, se recogen en los respectivos puntos para ser tratados.
Cuando el material está listo, se clasifica según sus características y se distribuyen a las diferentes empresas para darles una nueva vida.