La iluminación es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta en las diferentes estancias.
No solo por la luz, sino por la estructura que la acompaña.
Como ya hemos comentado anteriormente, existen diferentes tipos de lámparas que pueden encajar según nuestras necesidades.
Pero también es el material el que debemos tener en cuenta. Los 3 metales más utilizados son el hierro, el acero y el aluminio.
Las pantallas o campanas son muy recurrentes en las lámparas. Junto al tamaño, el acabado es uno de los factores más importantes a tener en cuenta.
El hierro es uno de los metales más propensos a la corrosión. Con el tiempo de uso, tiende a aparecer el óxido.
Para prevenirlo, es recomendable pintar o barnizar con un material que no se oxide.
En el aluminio también puede aparecer esta oxidación, aunque en este caso pueda no percibirse.
De hecho, esta capa puede utilizarse como protección de la campana de la lámpara. Aun así, es recomendable aplicar pintura o barniz.
En el caso del acero, ocurre igual que con el aluminio, incluso puede llegar a ser más invisible.
Cada vez que se limpie la lámpara, esta capa desaparecerá y volverá con el tiempo. Ésta también sirve como protección.
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